Digresión Retro- Nostálgica Nº2 __..--`` : Los Ricarditos

Mañana, a las tres horas treintaicinco minutos, sobre media isla encandilada y media isla durmiente, lloverán estrellas. Una de ellas perforará mis ojos, para grabarse mejor en mi retina. Recorrerá mis ideas, y se filtrará en mi sangre. Llegará a mi corazón, y al no poder arreglarlo le hará una caricia. Llegará a mis entrañas y sabrá que seré madre de un árbol. Y luego volverá por donde vino, hasta llegar al lagrimal, por donde se irá dejando un surco húmedo y muy salado en mi mejilla. Y llegará a la tierra. Y ésta sabrá porqué lloro.





Digresión Retro- Nostálgica Nº2 __..--`` : Los Ricarditos

¡Chocolate por fuera, merengue de corazón! ¡Ricardito es el negrito que a los niños gusta más!. Ahí va la foto:



:O :$ ¡Ah, no! Ese no era... esto... ¡qué error, el mío! Aquí va la foto Real, que se la robé a ÉL



¡Listo! (ñammm)

Estos todavía los venden en Uruguay, claro. Pero una que está tan lejos... ya ven :P
Son galletitas con un montón de merengue encima, y bañadas de chocolate, de la empresa de chocolates Ricard. Había un programa en el que hacían que los famosos los comieran, y de ahí surgieron técnicas, pero... arghh...! No me acuerdo de qué programa, yo era muy enana. :(

Si les dan ganas, la receta. :P:)

Digresión retro-nostálgica Nº1: Los osos gummi



Hoy me levanté dispuesta a dar señales de vida, y después de escribir un par de correos (bueno, uno sólo, de hecho :$) y discutir con Pirado acerca de las persecuciones que sufre, lamentablemente, el sector de la sociedad que le echa azúcar al colacao... ¡Aquí estoy! (Intentaré no volver a abandonarlos por tanto tiempo... aunque alguno igual me lo agradece y todo:P)
Bueno, como hoy no pienso contarles mi vida, ni ponerme filosófica, ni nada que requiera un mínimo esfuerzo mental (es muy temprano), aquí les dejo un regalo, y me voy. Adiux!


Digresión retro-nostálgica Nº1: Los osos gummi

Año de creación: 1985 (en español un poco después).
Eran unos osos antropomórficos cuyas aventuras se desarrollaban en un ambiente épico mega-entrañable; (snif, snif) y que bebían cierto sospechoso jugo, (de gummibayas, según ellos) que los hacía saltar por todos sitios como posesos.
Estaban inspirados, según se dice, en los dulces y adictivos ositos de gominola, quienes a diferencia de los que ocupan este post, y para delicia de dentistas, siguen cautivando a las nuevas generaciones.